sábado, 23 de marzo de 2013

ASESINO DE LA ROSA


Soneto dantesco

Que me lleva al hartazgo, que me lleva;
¡Hasta cuando soporto misma cosa!,
no hay más intolerancia que me atreva
que asesinar a la asquerosa rosa.

Burlar sus pétalos, callar su tufo;
así tramo su crimen imperioso,
quizá ahogarla en su remilgo bufo
o mutilar su aspecto aparatoso.

Hasta cuando escuchar tanta facundia
que me priva el descanso y mi respiro
y por días me anula en la iracundia.  

Por intrigar su ruina no transpiro,
mas alegre me siento si conmino
a consumar su lógico destino.



No hay comentarios:

.

.
Escudo de Lucevelio