En mi cuenco vacío
una radiante flor de cerezo
Delante de mi la silueta del sendero
detrás la clara luna
Entre el arroyuelo y el lodo
mis pies de mendigo
La luna en sus ojos
son ellos la noche
El vagabundo para descansar
le mendiga a la luna
Entre una rama amarilla y otra
la sombra que estuvo
Entre las patas funestas de mi perro
el periquito no remonta
El agua al correr entre las rocas
suena a orquesta liberada.
Si quitara esta piedra del camino
éste no dejaría de ser camino
El tiempo en ese reloj
no es prioridad
Esa antigua campana
naturalmente la mueve el silencio
Sé de libélulas sé de crisantemos
de eso y nada más
Montaña en silencio:
Hay algo en la neblina
que sosiega
¡Qué aguacero!
Sé que hay tras la neblina…
más neblina.
Entre el grillo y yo, a estas horas,
nos acompañamos.
En la rama un *tucusito...
Remonta...
Cesa el esplendor.
*Colibrí
Se deprende
el Lacayo
como flor de cerezo.
En el arroyuelo
¿Se mueve o no la garza?
ambas
Me distraigo
al sonreírle a mi desgracia
Saciado el hambre con arroz…
para mañana ¿qué comer?
Este amanecer ¿traerá
claridad a mi desdicha?
El alba despierta mis ojos
también mis amarguras
Con el cuenco vacío
en esta tarde con la que intimo
En mi memoria
la rosa que ya no es rosa
eternamente
El grillo no repiquetea
en esta noche
acaso ¿es noche?
Entre sus ojos y los míos
el río y el puente
A Santoka
Sandalias enlodadas
¡cuánto sendero andado!
A Santoka
Este camino se hace extenso
con las sandalias rotas
Solloza la niña
y creo que es un espejo
A Santoka
Todo el día alargando la mano
¡ah! una ciruela en el suelo
A Santoka
Melancólico
pero con el cuenco repleto de arroz