Las descuelga
de aquella noche perniciosa, donde jamás
el renombre las llegó a toquetearlas.
De espalda al mundo, ilustra sin engaños,
el caudal
heredado de Venus Calipigia.
Fue en una primavera insólita,
en la que supo captar que manos
hidrópicas,
pudieran subvertir el cansancio.
de doncella, y habilitarla hacia los filos
del pecado
¡Dócil, muy dócil con el ascenso de la piel!
Duquesa de su cuerpo, precediendo a la
hora áspera de la vejez cuando
intente morderla.
Disfruta y descansa la corteza —aun en
horas matutinas—,
manteniendo oleajes frente a las sombras que pretenden aislarla
con ese estrato de amnesia y señuelo.
En estas horas claras, las lunas acontecen
para vibrar la carne de quien
las obtengan con pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario