Miss Fernande |
En
pleno ciclo, el pubis, cinturón proclamándose, redime
primavera
cruda o carne profunda contra la calamidad.
No
aparece por acá el exceso del decoro, que siempre ha sido
sobreprotector de la teoría absurda.
Fernande
se diluye como agua, se expande como universo, restregándole las
mejillas a los difamadores.
Hace
de las suyas con mansedumbre, con el propósito de revelar la
condición que ha madurado en ella,
que
se ha abierto, así como la cortina por la brisa para darle entrada a
la luz,
y
no va a detenerser por más que los rumores la rebajen.
No
hay culpables del pudor que se arrodillen, ni los habrá: El cuerpo
es objeto íntegro de la naturaleza y como tal ha de ser
interpretado.
Si
se continuara persiguiedo, deshonestamente, el acto de renunciar a
las imposiciones, no cabría
la
posibilidad de conocer o recenocer la realidad, verdadera vía para
la comprensión y aceptación.